Por mi trabajo, hoy he estado con un matrimonio al que hace dos año le tocó en la lotería primitiva un premio de 2.578.341.-euros, o, lo que es lo mismo, ¡¡ 429 millones de pesetas !!
Él era albañil (comprendereis porqué digo "era") y ella, ama de casa. El premio realmente le tocó a ella, en un boleto que rellenó con una sóla apuesta , es decir, jugó ¡¡ 1.- euro !!
Según me contaba, no fue hasta pasada una semana del sorteo cuando se acercó a la administración de lotería a comprobar su boleto, esperando, al menos, poder "coger" el reintegro para volver a jugar otra semana más... Imaginaos la cara de la lotera al comprobar el premio... y la de nuestra protagonista cuando le dijeron que no, que no era el reintegro, que había ganado 429.- Millones de pesetas... Se desmayó,... claro que se desmayó...
Hoy les he preguntado en qué les cambió su vida el dinero... me contestaron que se compraron una casa nueva, un coche nuevo, y... poco más. Siguen viviendo en su barrio, con sus amigos de siempre, ...eso sí, con la tranquilidad del respaldo económico, pero su forma de vida ha continuado siendo la misma... ¡¡ incluso me insinuaron que por qué tendría que ser distinta !!
¡ Y yo que siempre había pensado que si me tocase la lotería mi vida cambiaría totalmente ! Pues a lo mejor resulta que va a ser verdad que son las pequeñas cosas las que nos dan la felicidad: la familia, los amigos, la salud, el amor, la honestidad, el estar bien con uno mismo, ...
Josito, has utilizado la frase bandera de mi blog.
ResponderEliminar¡¡Pues claro que son las pequeñas cosas las que dan la felicidad!!
Y apuntillo con algo que también digo en mi blog:
No perdáis el tiempo buscando la felicidad absoluta, es una utopía.
Un abrazo.
Lo realmente extraño es que te hubieran dicho que con el dinero que ganaron habían comprado la felicidad que les faltaba. En realidad ya la tenían. Y muy a mano. Buena historia. Saludos y gracias por tus visitas y comentarios.
ResponderEliminarPues a mi me toca ese dinero y mi vida cambiaría, ya que dejaría de trabajar (y eso que no me quejo de mi trabajo).
ResponderEliminarEso ya es un cambio muy importante. No sé si sería más feliz o no (creo que sí) pero no tendría que estar atada a un horario día tras día, podría dedicarme a mis hobbies, a no preocuparme de con quién dejar a mi hijo pequeño...
Porque las semanas y los meses se pasan volando y hay algo que no se puede comprar: el tiempo. A no ser que te toque la lotería...
Ay, el tiempo !!!
ResponderEliminarSe nos escapa como agua entre los dedos..., y no vuelve,...; aprovechemos cada segundo como si fuera el último...
estoy seguro q les cambio la vida aunq solo fuera por el hecho de no tener que pensar mas en la hipoteca.
ResponderEliminarYo no dejaría de trabajar. Cambiaría de trabajo. Si dejara de trabajar, me muero, seguro.
ResponderEliminarPues yo siempre he pensado que si me tocara a mí, no cambiaría nada, salvo un año sabático dando la vuelta al mundo, o así.
ResponderEliminarMe alegro de haber encontrado tu blog.
No voy a añadir nada nuevo ni original. Simplemente, os manifiesto mi acuerdo: son esas pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas,...
ResponderEliminarY POR QUÉ CAMBIAR. DIGO YO. CUANDO ESTAS BIEN POR DENTRO,NO SE CAMBIA.
ResponderEliminarEs muy bonito lo que decís de las pequeñas cosas, pero no se cree nadie que si os toca, por ejemplo, el euromillones (15 millones de EUROS), vais a seguir igual...
ResponderEliminarMi dinero en el banco y yo levantándome a las 7 de la mañana...ja.
Puede seguir igual de bien por dentro que ahora pero haciendo otras cosas...no tiene por qué ser un cambio radical pero para mi tener más tiempo para dedicarlo a esas pequeñas cosas que decís...sería un gran cambio.
Pero vamos que si os toca alguna vez y queréis seguir igual, me llamáis!!!
Viajera, lo que dices es totalmente cierto. Cambiarían muchas cosas, sobre todo materiales, pero quizás las realmente importantes, esas no...
ResponderEliminarYo creo que hubiera hecho lo mismo que la pareja, no corromperme por el dinero, que puede llegar a ser peligroso- Vivir igual, pero con la tranquilidad de que todo irá bien siempre. Eso es felicidad, tranuilidad, despreocupación, etc.
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