" ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son. " (Calderón de la Barca )
" Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar,
que es el morir " (Jorge Manrique )
Nacemos para morir, es lo único cierto, y el intervalo lo rellenamos con todas las ocupaciones posibles para evitarnos pensar, precisamente, que eso es así. ¿ O no ?
Dice Calvero, el personaje de Chaplin en Candilejas, que tan inevitable como la muerte es la propia vida.
ResponderEliminarLo primero que hacemos al nacer es vivir. Nacemos y a vivir. La muerte es el fin pero no el objetivo.
Rodrigo Manrique murió pero perduró en el corazón de su hijo en las coplas que este le dedicó.
Algo bueno haría para permanecer aquí después de irse al otro mundo.
Pues más o menos en eso consiste la vida para mí, en encontrar qué es ese "algo bueno" y llevarlo a la práctica.
Saludos.
Sabias citas de Calderon y Manrique.
ResponderEliminarCuando nos hacemos mayores y vemos como van desapareciendo gentes que admiramos, es cuando en verdad nos damos cuenta del recorrido de la vida, que irremediablemente acaba
para todos.
Saludos.
No, no: nacimos para vivir. Coincido con Daucus. La muerte es el final, no el objetivo. De hecho, forma parte del trato.
ResponderEliminarSaludos
¡Qué descansada vida
ResponderEliminarla del que huye del mundanal ruïdo,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido.
Yo creo que nacemos para vivir y morir es un hecho más de la vida.
Un saludo..
ResponderEliminarCreo que no puedo agregar nada nuevo a lo que dijeron sus comentaristas. Asumo la tesis del Sr.Daucus Carota; y quizás debería, pero no tengo tiempo de pensar en la muerte.
ResponderEliminarDaucus Carota, preciosa reflexión, y quizás tengas razón, y la muerte no es el objetivo, aunque sea el fin.
ResponderEliminarCuando pienso en la muerte, creo que vivimos como si fuéramos inmortales..., vivimos y ya está; sin hacer daño nadie y disfrutando del presente lo más posible...
Pero reflexiono, y pienso: tanto trabajar y luchar, ¿para qué?
Saludos.
Helio, ¿ y después qué ?
ResponderEliminarSaludos.
Xibeliuss, bienvenido por estos lares.
ResponderEliminar¿ Qué trato?
¿ Entre quiénes ?
Saludos.
Temujin, decía un filósofo (creo que Epicuro) que la muerte no le preocupaba, porque cuando ella no estaba, él estaba vivo, y cuando ella estaba, él ya no.
ResponderEliminarSaludos.
Rodrigo D. Granados, bienvenido por nuestro pequeño mundo.
ResponderEliminarEs otra forma de evadirnos,...
Saludos.
La muerte es un final ineludible para todos...por ello debemos vivir la vida con toda la intensidad posible...con mayor o menor fortuna.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi Blog, un abrazo.
Miguel, bienvenido por éste tu blog.
ResponderEliminarSí, debemos vivirla a tope, pero normalmente es una resolución de unos problemas tras otros, ¿ o no ?
Saludos.
Estimado Juan Saura, ...pues te han quedado unas letras llenas de sentido, y de una sencilla belleza.
ResponderEliminarSaludos.
Alejandro Kreiner, bienvenido.
ResponderEliminarEs cierto, nos la han regalado,...aunque a veces parezca un regalo envenenado, ¿no?
Saludos.
Cierto nacemos para morir, pero algunos lo hacen más cómodos que otros.
ResponderEliminarUn placer haberte encontrado y poder leerte.
Besos
Nela
La vida es una auténtica "caca"; por un día que te tiras bueno, cuarenta y siete lo pasas jodido. Y a mí me hace gracia los que dicen que después de la muerte hay algo más. Lo únicos muertos resucitados según cuenta has sido Jesucristo y Lázaro. A Jesucristo no le tuvo que gustar mucho la experiencia puesto que sólo estuvo tres días, y Lázaro no estaba muerto sino mal enterrao. Saludos.
ResponderEliminarIba a decir que no, que no nacemos para morir, pero como ya lo han dicho, mejor no lo repito :P
ResponderEliminarLa muerte es la obsesión del que no vive, del que va viendo la vida pasar.
Esto no quita que la muerte nos obsesione de vez en cuando algo, pero debería hacerlo sólo cuando le llega a un ser querido; si nos obsesiona el fin de nuestra propia vida demasiado tiempo, es que algo estamos haciendo mal.
La muerte es otro estado de nuestra existencia. Vivimos y morimos, o soñamos y nacemos.
ResponderEliminarSomos más que la carne que se pudre en la tumba.
El miedo a la muerte es el miedo a la incertidumbre, a lo desconocido. Un miedo ancestral arraigado en lo mas profundo de nuestro cerebro animal que nos protege de lo desconocido pero a la vez nos impide vivir libres.
Mira esa pelicula:
ResponderEliminarhttp://documentalesatonline.blogspot.com/2008/06/las-alas-de-la-vida2006-documental.html
De vez en cuando es hasta saludable pensar en la muerte. Al fin y al cabo, va cogida de la mano con la vida.
ResponderEliminarNela, bienvenida por estos lares y que sigas visitándonos cuando quieras.
ResponderEliminarUn saludo.
Piedra, veré la película en tu blog y ya te comentaré.
ResponderEliminarUn saludo.
Menda, bienvenida a éste tu blog.
ResponderEliminarEl día que nacemos ya empezamos a morir.
Saludos.
Os aconsejo la película "Más allá de los sueños".
ResponderEliminarPrimero: no nacemos...nos nacen!
No creo que la muerte sea cuando el corazón deja de latir...hay veces en las que te das cuenta de que una persona ya está muerta, aunque le lata el corazón.
Aprovechar la vida?..no tenemos tiempo.
Hola Josito, soy Manuel por si no me conoces. Coincido en que hay que vivir el día a día sin posponer lo que deseamos hacer, al menos en lo posible, y no preocuparnos por la muerte ya que esto solo nos hará más infelices. Respecto a lo de dejar algo cuando nos vayamos... a nos ser que seas una persona destacada, genio, artista, figura ilustre en cualquier campo en definitiva, lo cual solo está al alcance de algunas mentes privilegiadas y con suerte; el resto de los mortales tenemos siempre el recurso de nuestra descendencia, creo que es algo que queda de nosotros cuando nos vayamos y mientras duramos, nos da posiblemente las mayores alegrías en nuestro efímero tránsito.
ResponderEliminarManuel, me alegro de verte por aquí.
ResponderEliminarNuestra efímera existencia: ahí está la clave. Efímera, aunque nos creamos inmortales.
Saludos.